"El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes...

"El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes..."

lunes, 2 de enero de 2012

Feliz año, Carlos.


Feliz año nuevo, Feliz 2012. Es todo lo que nos decimos al vernos. Nos deseamos lo mejor. Ponemos la televisión y sólo vemos vídeos de resúmenes del año. Fútbol, fútbol y más fútbol. Españoles en la NBA, Nadal y los chicos de la Davis, Alonso y poco más. Sí, son grandes deportistas y se merecen su reconocimiento. Pero si tenemos en el deporte español, uno ejemplo para todos, es Carlos Soria. En su casa también se dice Feliz año nuevo. Pero en su caso es el deseo de ver completada una brillante carrera como alpinista. Un Feliz 2012 que mantiene a un amante de la montaña en plena forma, con la ilusión renovada para completar un hecho histórico. Completar los 14 ochomiles a la edad de 72 años.
EL 2012 va acompañado de cientos de profecías, sobre el fin del mundo. Carlos Soria se ha propuesto llegar a su fin del mundo. Ese fin donde no hace más que subir. Ese fin del mundo donde no queda mas tierra que recorrer. Ese punto de la cima, desde el que dominas el mundo. Tienes todo a tus pies. Esa sensación de no poder aspirar más arriba.
Y es que por fin Carlos ha conseguido el reconocimiento a su trabajo. Digamos trabajo por llamarlo de alguna manera. Para él, es su hobbie, su forma de vida. Una vida dedicada a la montaña. Una montaña dedicada a Carlos. Con 50 años ascendió el Nanga Parbat, en Pakistán y a día de hoy lleva 11 ochomiles. Sólo le quedan 3 (Kanchenjunga, el Annapurna y el Dhaulagiri). Si no se cumplen las profecías sobre el fin del mundo, Carlos podrá cumplir en 2013 el ascenso de su última cima y entrar en la historia siendo el alpinista de mayor edad en conseguir los ansiados 14 picos.
Con su mujer y sus 4 hijas volcadas en ver a su padre consiguiendo algo histórico, ha pasado las navidades. Navidades que en cualquier casa habrá ido acompañada de excesos. Fechas en las que se come y se bebe más de la cuenta. En casa de Carlos, sólo un brindis. Un momento para pensar en familia sobre los próximos retos. Momentos para recordar una vida por la montaña. Desde que en La Pedriza conoció a su mujer, hasta los paseos y días de escalada que ha pasado junto a sus cuatro hijas. Todas entienden la pasión de su padre. Y saben que sólo el día que Carlos se vea bajo de forma, débil de salud o falto de reflejos, dejará de hacer estas bonitas locuras. Si hay algo que siempre ha destacado el deportista, es el afecto, cariño y comprensión de su familia. Nada de lo que ha hecho sería posible sin sentir el apoyo total de los suyos.
Este hito le ha hecho grande. Pero su grandeza no se ve desbordada de la prepotencia de algunos deportistas que se creen más que nadie. Todo lo contrario. La humildad con la que lo lleva es admirable. Un ejemplo para todos.
Cómo se decía en su casa. Brindis, salud y Feliz 2012.

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