"El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes...

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martes, 14 de febrero de 2012

La dura digestión del filete de Irún

565 días ha tenido que esperar Alberto Contador para conocer la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo por su positivo en clenbuterol. Tendrá que cumplir dos años. Aunque en realidad, serán seis meses los que el ciclista de Pinto tendrá que estar parado, pues ya ha cumplido casi año y medio de sanción provisional. Aparte se ha visto suspendido con la retirada de un Giro y un Tour y no poder participar en la próxima carrera francesa y los eminentes Juegos Olímpicos de Londres.
 
El propio TAS reconoce en su sentencia que no está probado que Contador se dopara pero, pese a todo, le sanciona. Y el problema es que, en nuestro sistema occidental de justicia lo que hay que probar es la culpabilidad. Pero estas son las normas. Contador no ha podido demostrar su inocencia, y aunque nos parezca una locura no ser inocente hasta que se demuestra lo contrario, es la norma que dictamina la UCI para poder ejercer esta profesión. Todo ciclista sabe como funciona la ley antidoping. Contador sabe que la sola presencia de una mínima parte de clenbuterol en su orina, le hace culpable. El TAS dice que no hay pruebas de dopaje, pero lo único que está claro es que dio positivo. Médicos especializados lo analizan y tienen la teoría de que no mejora el rendimiento en el aspecto deportivo, pero existe el positivo y eso es lo que está penalizado.
Lo que hay que hacer por el bien del deporte, es poner unas normas claras e iguales para todos. No puede ser que tarden un año y medio en poner una sanción a un deportista. Si las normas son confusas que las modifiquen, si son obsoletas, que las actualicen, pero el deporte y en concreto el ciclismo merece renovarse si no quiere perderse entre leyes, ruedas de prensa y sanciones.
Ver a nuestro mejor ciclista y uno de nuestros deportistas punteros inmerso en un caso de dopaje, ha sacado la vena más patriota de muchos aficionados. Periodistas y seguidores indignados por este positivo. Incluso se habla de un caso de persecución por parte de autoridades francesas o alemanas contra nuestros deportistas. Lo cierto es la envidia por el siglo de oro del deporte español, pero eso es una cosa y otra que exista una persecución como si de una guerra se tratara.
Este “acosamiento” que ha incendiado a las masas, se ha visto desbordada con los guiñoles de Canal + Francia. ¿Acaso nos hemos olvidado de los guiñoles de Michael Robinson e Hilario Pino? De cómo nos reíamos cuando hablaban de personajes españoles y extranjeros. Los guiñoles son cómicos. Y son sólo guiñoles. ¿En serio se puede creer que son guiñoles manipulados desde el gobierno francés? ¿Se puede ser tan rebuscado? Sigo recordando los guiñoles de Ronaldo el gordo, Bush borracho, Van Gaal el ladrillo, Ronaldinho y su fiesta y Luis Fernández. Éste último, francés. Y nadie se lo tomaba a mal, el sentido del humor es el recreo de la inteligencia. Y los franceses lo usan como fármaco para su tristeza. Tristeza por sentirse inferiores.
Cómo dirían los franceses: Igualdad, libertad y fraternidad

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